Estamos en 1984. María Rosa Arana, bibliotecaria, divorciada, de buena familia, cuarenta y cuatro años lucidos, recibe el encargo de organizar la biblioteca de una fundación: 20.000 ejemplares. Perteneció a don Ramón Gimeno-Coes, anciano muerto hace ya dos años. María Rosa a quien sus amigos llaman María rechaza aquel encargo, pero es tal el dinero que le ofrecen por el trabajo, que se ve obligada a aceptar. Debe fichar todos los libros y lo que encuentre en su interior, aunque le parezca fútil. La biblioteca es un verdadero caos, pero María descubre que se trata de un "caos ordenado". Cada vez le interesa más el fantasma de Ramón Gimeno-Coes y un día descubre que éste, a través de los libros y lo que se encuentra dentro de ellos (recortes de periódicos, anotaciones, fotos...) intenta contarle una hisotria después de muerto. ( )