Os daré un consejo: nunca os fieis de una mujer cuando os diga que necesita quedarse en vuestra casa "solo un par de semanas". Mucho menos si esa mujer es vuestra dulce y adorable hermana pequeña. Creedme, es una trampa. Os lo digo por experiencia.
Desde ese momento, vuestra vida será un infierno, y lo peor del asunto es que, lejos de adaptaros a la situación, un día os levantaréis con la firme convicción de que necesitáis libraron de ella, recuperar vuestra vida, vuestro desorden, vuestro caos y tomaréis una mala decisión.
Esto también os lo digo por experiencia.
Porque yo tenía un plan para librarme de Martina, apuntarla a un Speed Dating y confiar en que conociera al hombre de su vida, pero las cosas no salieron como yo pensaba. Ahora tengo un plan fallido y un puñado de daños colaterales con nombre propio.
Martina, que me odia muy fuerte, y no la culpo.
Sandra, que intenta odiarme, pero en realidad se muere por mis huesos.
Y Lucas, que más que morirse por mis huesos, estaría encantado en partírmelos todos.