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Ladataan... ¡Vamos a pensar!: Con niños y niñas de 2-3 años. Guía educativa (Proyecto Noria) (Spanish Edition)Tekijä: Irene de Puig i Olivé
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irreflexivo y concreto.
Esta concepción choca totalmente con lo que establece actualmente la psicología cognitiva y la neurología. Los niños y las niñas, los bebés, no son adultos en potencia, ni adultos deficientes o primitivos. Son diferentes a nosotros, pero no son aspirantes a algo.
La infancia no es un estado que deba superarse. Aquello específico de la infancia es el desarrollo, el cambio, y son características de esta la fragilidad y la dependencia.
Alison Gopnik, en el libro El filósofo entre pañales, tiene un capítulo titulado «¿Cómo ser un bebé?». Simplificando mucho, lo compara a lo que sería para un adulto un viaje a un país donde no reconoce casi nada y en el cual tiene que adaptarse a partir
de lo que sabe o de aquello que ve. Si alguien va al corazón de la China o de la India solo, tiene ante sus ojos una gran cantidad de información que debe codificar. No entiende la lengua ni las expresiones de los rostros, ni reconoce gustos ni olores, ni
siquiera las miradas... Cuando viajamos, de alguna manera volvemos a la infancia, porque debemos descifrar un mundo desconocido y nos situamos en la posición de exploradores.
Afortunadamente, disponemos de bibliografía abundante que nos permite determinar cómo aprenden los niños ya desde muy pequeños. Ahora sabemos, por ejemplo, lo que sucede durante los primeros años de vida de una criatura, desde el nacimiento hasta los tres años de edad, y que ejerce una enorme influencia en la forma en que se desarrolla después de la infancia y la adolescencia: la higiene, la nutrición, pero también el afecto, el estímulo y el entorno vital. Tal y como explicaba hace unos años Fulghum: «Todo lo que sé lo aprendí en el parvulario».