Plotino es el neoplatonismo, pero mucho más difícil de entender que el propio Platón. Empezando porque el autor romano parece estar mucho más interesado en los últimos diálogos que en los primeros, lo que tampoco carece de lógica si consideramos que los diálogos platónicos tempranos reflejan, en realidad, la filosofía de Sócrates. Pero trata de conjugar a Platón con Aristóteles y el resultado es demasiado complejo para mis cortas entendederas, aunque en algunas ocasiones incurre en contradicciones e incoherencias. El complejo sistema de procedencias desde el Uno inmutable hasta el mundo sensible, pasando por la Inteligencia, las diversas Almas y no sé cuántas cosas más se me antoja demasiado alambicado.

Parte de la responsabilidad puede tenerla la transmisión de sus obras. Plotino se decidió a escribir ya muy mayor, y lo hizo un poco al buen tuntún, escribiendo textos de mayor o menor extensión sobre lo que la iba pareciendo en cada momento. Cercano a la muerte, encargó a su discípulo Porfirio que recopilase y ordenase sus escritos, y este lo hizo agrupándolos en seis libros de nueve textos cada uno, las "Enéadas", por orden temático, si bien conocemos el orden cronológico de composición. Estas tres primeras enéadas se ocupan de cuestiones de ética y de física, es decir, de lo más cercano a nosotros, pero sin dejar de aludir y explicar el complejísimo mundo extrasensible que imaginó Plotino.

Sin embargo, me ha gustado el lenguaje. No porque sea especialmente elegante, sino porque he encontrado aquí muchos de los referentes semánticos que han utilizado los primeros cristianos para intentar encajar las enseñanzas de Jesucristo en la filosofía clásica. Plotino no era cristiano, pero ha hecho por el cristianismo más que algunos santos (en el plano intelectual, quiero decir).

Las ediciones de Plotino, como esta, suelen complementarse con la "Vida de Plotino" escrita por Porfirio, que resulta necesaria para entender las propias obras del maestro. ( )