Juan Ramón Masoliver

DOLCE STIL NOVO

De modo análogo a cuanto se registra en Cataluña, la
primera manifestación de la lírica en lengua romance no
einpleó en Italia el cauce del propio vernáculo. También
allá el florecimiento poético fue en lengua provenzal. Y no
sin motivo; el amplio pedemonte que corre bajo el arco al
pino lanzado entre dos protagonistas de aquella edad, las
repúblicas marineras de Génova y Venecia, constituía un en-
tramado de pequeños y activos señoríos y marcas, en la con-
tinua contradanza de bandos fluctuantes entre una Iglesia
y un Imperio siempre beligerantes y con una necesidad de
proyección exterior: de afirmada europeidad, así en las pe
regrinaciones jacobeas como en la empresa de las Cruzadas
Aquel mundo caballeresco que, disipados los terrores y com-
punciones del Milenarismo, y ayudado por el nuevo sentido
que de la vida y de la expiación de los pecados aportaban
los aguerridos monjes cistercienses, con su culto de la pala-
bra, y de la acción, merced a ese constante trasiego, y a
tener cada pie en una sociedad distante y distinta, se enri-
quece por la convivencia con otras culturas y en los consi-
guientes tráficos. Crea el nuevo entendimiento de la vida
que es el amor courtois. Y su cauce, la poesía de los
trovadores.

Baste un repaso a ese tablero de señoríos, gibelinos los
más -con el calificativo que luego tomarán los imperiales-,
frente a algunos güelfos, partidarios del poder de la Iglesia
y apoyados por los franceses. De éstos son los marqueses
Torriglia, sobre Génova, y los Torre o Torriani, condes de
Valsásina en el Comasco desde mediados del siglo xI y prín-
cipes de Milán durante más de una centuria: hasta que les...… (lisätietoja)